La educadora rural, María Itatí Ortega, y la ministra de Educación, Práxedes López, dieron sus puntos de vista acerca de esa pregunta que hoy abre un debate en la sociedad. Coincidieron en que la humanidad del educador no puede ser reemplazada por una máquina.

La Inteligencia Artificial (IA) es un campo de la informática que crea sistemas capaces de realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana, como el aprendizaje, el razonamiento, la percepción y la resolución de problemas. Su eso se expande a pasos agigantados en la vida cotidiana y, en poco tiempo, se implantó con celeridad en los sistemas educativos de todo el mundo.

Si bien esta herramienta tecnológica proporciona grandes oportunidades para mejorar y ampliar el aprendizaje, su despliegue tan vertiginoso encendió algunas luces de alarma en la sociedad y no son pocos los que, reticentes a la vorágine tecnológica, se preguntan si llegará el momento en el que la IA reemplazará a maestros y profesores. Si bien, ese cuestionamiento puede sonar un tanto “orwelliano”, diario época transmitió esta inquietud a la docente rural, María Itatí Ortega, y a la propia ministra de Educación, Práxedes López. Ambas respondieron de manera fluida, con una visión superadora, pero que antepone lo humano por sobre los tecnológico.

Conectados desde paraje Remanso

María Itatí Ortega es directora de la Escuela Nº126 “Remedios de Escalada” del paraje Remanso, ubicada en la zona de Yapeyú. Ella este año fue una de los “Docentes Destacados” de la provincia por su dedicación a la enseñanza y su profundo compromiso con la realidad de sus 15 alumnos.

Sobre la temática convocante, reflexionó: “Para mí, la IA no podría reemplazar a los docentes porque nosotros tenemos una conexión fuerte con nuestros alumnos. En mi experiencia, lo que me ayuda a enseñar de la mejor manera posible es justamente involucrarme con ellos, en su vida en general”.

“Conocer a sus padres, sus realidades cotidianas, sus dificultades, sus fortalezas son aspectos que una máquina no podrá reemplazar -resaltó-. El maestro, el profesor o el director además de enseñar, también ofrece acompañamiento cercano y oportuno. Eso es muy valioso y hay que potenciarlo”.

A pesar de su postura sobre la insustituibilidad del educador, Ortega no rechaza la tecnología. Por el contrario, ve en la inteligencia artificial una herramienta de trabajo poderosa que debe equilibrarse con la “humanidad” de la persona que está al frente del aula.

“La uso para buscar alguna estrategia nueva para enseñar, o para organizarme con las ideas que después despliego en las clases. La IA es algo positivo y que abre nuevos horizontes al proceso educativo, hay que saber adaptarse a los recursos que nos brindan las nuevas tecnologías”, redondeó.

Opinión y normativa ministerial

La ministra de Educación, Práxedes López, también respondió a la requisitoria y mantuvo una tesitura similar a la de la docente rural. “La inteligencia artificial no puede reemplazar al docente, más allá de que es una herramienta muy importante que está en la puerta, está con nosotros y nos corresponde aprender a utilizarla de la manera correcta”, valoró.

En ese sentido, agregó: “No hay posibilidad de que un alumno con dislexia aprenda con la máquina, porque necesita la ternura, la mirada y la comprensión del educador para hacerlo. Así que todavía hay grandes desafíos para su implementación en el sistema educativo. Nosotros estamos haciendo muchas capacitaciones con alumnos y docentes. Y se la emplea porque es un recurso muy útil, como -años atrás- cuando surgió el buscador Google”.

Asimismo, la ministra López firmó el 25 de septiembre último una resolución (la Nº3.906) que establece lineamientos para la implementación pedagógica de la IA en las escuelas y colegios correntinos.

La normativa, tal como lo especificó la funcionaria en sus conceptos, promueve una visión centrada en el ser humano y trazó cuatro ejes para la implementación del uso de la herramienta en las aulas del Taragüí. Estos son: 1-Mentalidad crítica y proactiva para comprender cómo funciona la IA y participar activamente en su uso, análisis y apropiación consciente.

2-Ética digital y de la IA: promover prácticas de uso seguras, responsables, transparentes y orientadas al bien común. 3-Alfabetización tecnológica: desarrollar competencias para seleccionar, utilizar y adaptar herramientas digitales y sistemas inteligentes en contextos educativos. 4-Pensamiento creativo y resolución de problemas: fomentar el diseño de soluciones innovadoras en situaciones reales, valorando la exploración, el juego, la indagación y la producción significativa.

También se prefijó que el uso de la IA debe impulsar aprendizajes significativos, contextualizados y culturalmente pertinentes. Garantizar el rol central del docente como mediador crítico. Reconocer y fortalecer el protagonismo del estudiante en la construcción de sus aprendizajes, fomentando su autonomía, pensamiento crítico y creatividad. Cuidar la privacidad y los derechos de los estudiantes. Fortalecer la ciudadanía digital, la reflexión ética sobre el uso de la tecnología y potenciar la inclusión, la equidad y la diversidad educativa.