Pese a que el Gobierno enfatizó que se trata de “un recurso fundamental” para tomar distancia de los dichos del libertario Benegas Lynch, en el primer trimestre ajustó drásticamente los fondos destinados a escuelas y universidades. En efecto, según revelan los datos de ejecución presupuestaria, las partidas destinadas a programas educativos claves se desplomaron en estos tres primeros meses de 2024 respecto del mismo período del año pasado. Con el agravante de que estas partidas no fueron actualizadas con la inflación para este ejercicio 2024, con lo cual la subejecución presupuestaria actúa como una motosierra de hecho para ajustar el gasto. Si bien el Gobierno insiste en que el servicio de educación está descentralizado entre las provincias y son ellas las responsables primarias de garantizarlo, no es menos cierto que, en virtud de la ley de educación, la Nación es corresponsable en la tarea de planificación, organización, supervisión y financiación del sistema educativo nacional. Sin embargo, los programas educativos más importantes de la cartera que conduce el secretario del área, Carlos Torrendell, están en franca caída. Entre ellos los siguientes:
Gestión educativa y políticas socioeducativas: cayó un 67,8% en términos reales. Este programa, cuyo objetivo es objetivo desarrollar acciones orientadas a promover la igualdad y el efectivo goce del derecho a la educación, tiene entre sus propósitos la ampliación de la cobertura escolar con la universalización de la jornada completa o extendida en la educación primaria. Algunas provincias, como Buenos Aires, debieron suspender la implementación de la jornada completa en un total de 60 escuelas primarias distribuidas en 31 distritos por falta de financiamiento nacional.
Infraestructura y equipamiento escolar: cayó un 98,9% en términos reales. En lo que va del año sólo ejecutó el 0,85% de la partida, de por sí desactualizada por la inflación. Este programa es clave, pues debe asegurar la construcción de nuevos edificios, ampliaciones, refacciones, adquisición de equipamiento áulico, de comedores escolares, provisión de servicios básicos, además de dotar a las escuelas de los recursos materiales y pedagógicos necesarios para asegurar la calidad de la educación, priorizando aquéllas que atienden a alumnos/as en situaciones sociales más desfavorecidas.
Gestión y Asignación de Becas a Estudiantes: cayó un 45,9% en términos reales. El programa tiene como objetivo promover el acceso, la permanencia y la finalización de la escolaridad obligatoria y la educación superior, tanto no universitaria como universitaria.
Fondo de Incentivo Docente: si bien tuvo una caída en su ejecución devengada del 79%, si se analiza la base caja (es decir, los fondos que efectivamente se distribuyeron a las provincias), dicha caída asciende al 99,99%. El gobierno nacional había anticipado su intención de eliminar este fondo, lo que implicaría un recorte nominal de los salarios docentes de entre el 10% y 20% de acuerdo a cada distrito.
Fortalecimiento edilicio de jardines de infantes: esta partida cayó un 93%, apenas erogó el 1,38% de su presupuesto en un trimestre.
Conectar Igualdad: la partida se ajustó en un 83,1% en términos reales respecto del mismo período del año pasado.
Universidades. Los fondos asignados a las altas casas de estudio cayeron un 33,2% interanual real, situación que desató alarma entre los rectores universitarios que anteayer llevaron sus preocupaciones al Congreso. Temen quedarse sin presupuesto en el segundo semestre, por lo que convocarán, en señal de protesta, a una marcha “en defensa de la educación pública” el próximo 23 de abril. “En educación, el desafío no es sólo gastar más sino cómo gastar mejor”, sostuvo el secretario Torrendell en una entrevista con LA NACION. Hasta ahora, el único refuerzo presupuestario en materia de educación se volcó en un subsidio a la educación privada con el programa de los vouchers educativos por $120.000 millones; también se asignaron $145.000 millones a las becas Progresar. Los demás programas, por ahora, deberán esperar.
Laura Serra