En el marco de las “VIII Jornadas de Auditores de Universidades Nacionales” que se realizaron en la UNNE, el Lic. Raúl Rigo, Jefe de Gabinete de la Presidencia de la Auditoría General de la Nación, señaló que el control externo es una instancia legal pero que puede aprovecharse como una hoja de ruta para el mejoramiento del desempeño administrativo de las universidades. “Aspiramos a estrechar el entendimiento entre el sistema universitario y la AGN para lograr un control que sirva para mejorar la gestión pública y la transparencia”.

“Para la gestión pública en general, contar con el aporte de las auditorías internas y externas es invalorable, y ese valor de la tarea de auditar guarda relación con la calidad técnica y la calidad profesional con la que se elaboran los informes, pero también con una capacidad empática del auditor para intentar entender los contextos en los que operan los auditados, y también con la oportunidad de esos informes”.

Con ese enfoque, el Lic. Rigo inició su charla «Control Externos en las Universidades Nacionales», en el marco de “VIII Jornadas de Auditores de Universidades Nacionales” que durante los días 5 y 6 de junio se llevaron a cabo en la ciudad de Corrientes, organizado por la Red de Auditores Internos de Universidades Nacionales (RAIUUNN) y el Comité de Control Interno de la UNNE.

Durante su exposición, indicó que desde la Auditoría General de la Nación se trabaja con la impronta de que las auditoras de calidad, certeras y oportunas, por más que, en algún momento puedan generar incomodidad, como cuando se reciben hallazgos y recomendaciones, “en realidad tienen un gran valor para mejorar la calidad en la gestión pública, para hacer aportes a la correcta aplicación de recursos, para un buen monitoreo de resultados y para aportar a la transparencia».

Recordó que la Constitución Nacional reconoce al control externo gubernamental como uno de los pilares del Estado de Derecho, por lo que dispone la creación de la Auditoría General de la Nación y la dota de autonomía funcional.

Actualidad de la AGN

A finales de 2023 se designó al Dr. Juan Manuel Olmos, en representación de la principal fuerza opositora, para ejercer la presidencia de la AGN acompañado de colegio de auditores compuesto por tres auditores designados por la cámara de Diputados y tres por Senadores, sumado así siete miembros que llevan adelante las competencias de control otorgadas a la auditoría general.

Pero a pocos meses de la presidencia del Dr. Olmos, vencieron mandatos de dos auditores por diputados, y se produjo una vacante más por la salida de Miguel Ángel Pichetto. Así el colegio de auditores funcionó de manera reducida, y en marzo de 2025 vencieron los restantes tres mandatos del Senado, y por primera vez en su historia, la Auditoría quedó sin colegio de auditores.

“Más allá de este funcionamiento de manera excepcional, con algunas facultades delegadas en cabeza del presidente del organismo, la AGN siguió trabajando normalmente en 2023 y 2024, produciendo los informes, en espera de su aprobación”, aclaró el Lic. Rigo.

Indicó que, dentro de esa realidad, para el 2025 se trazó una propuesta de plan anual de auditorías con una cantidad y calidad de auditorías que puedan ser cumplibles, y dejar espacio para subsanar los atrasos pendientes de años anteriores.

Sostuvo que en esa visión estratégica de un plan cumplible y de regularizar las tareas pendientes, actualmente la AGN desarrolla una estrategia para lograr una producción de informes de auditorías más oportunas en dos sentidos: por un lado, con informes que sean aprobados y publicados en fechas más próximas a los periodos auditados, e informes que refieran a temas prioritarios para la opinión pública.

Bajo esa premisa de abordar cuestión de política e interés público, para este año se incorporaron distintas auditorías al trabajo programado, entre ellas las referidas a universidades nacionales e informes vinculados con procesos de privatización por reformas del estado.

Así, tras repasar algunos números del trabajo desarrollado durante el 2024 y 2025 por la AGN, con récord de informes, hizo un apartado en la charla para referirse a las auditorías al sistema universitario.

Auditorías en Universidades

“Desde la Auditoría General de la Nación consideramos que la forma correcta de encarar el control externo de las universidades nacionales es el respeto de la autonomía universitaria prevista en distintas normativas”, aclaró.

Agregó que «pareciera ser algo obvio, pero hasta hace no mucho tiempo hubo una discusión pública sobre este principio de la autonomía universitaria y cuál debería ser el órgano encargado de llevar a cabo este control externo. Es la AGN y no otros organismos que dependen del Ejecutivo”.

Para el Lic. Rigo, la importancia que se le otorgó al tema se revela en la cantidad de informes sobre universidades nacionales que están incluidos en el plan anual de auditorías 2025, que refleja la voluntad conjunta de la Auditoría General de la Nación y la Comisión Bicameral Parlamentaria Revisora de Cuentas, de la que depende la AGN, de abarcar en el control a un número mayor de universidades y de tópicos administrativos y de gestión dentro de la actividad universitaria, para dar cuenta a la sociedad respecto de cómo se aplicaron los fondos públicos en dichos ámbitos, un tema muy presente en el debate público.

“Consideramos que es una gran oportunidad para mejorar y estrechar las relaciones y el entendimiento entre el sistema universitario, como auditado, y la AGN como órgano externo, para poder avanzar en el trabajo necesario que permita utilizar los hallazgos de las auditoras como hoja de ruta para el mejoramiento del desempeño administrativo de las universidades”, resaltó.

Expresó que no hay que temer al control externo ni tomarlo sólo como una exigencia legal.

“Lograr una buena sinergia, un vínculo de cooperación entre auditado-auditor, es el mejor ámbito para contar con una agenda de trabajo que progresivamente vaya permitiendo a los responsables de la gestión universitaria implementar recomendaciones que se relacionan con la calidad y transparencia”.

Agregó que el control externo bien intencionado lo que busca es el fortalecimiento de la gestión pública y para ello necesita acceder a los detalles de la gestión, sin que ello signifique que el auditor se entrometa en las tareas de políticas de administración de las universidades. “Por eso es importante encontrar ese equilibrio en la tarea de auditorías”.

Comentó que durante el año 2024 el trabajo relacionado a las auditorías en universidades consistió en la finalización, aprobación y comunicación de dos informes de cumplimiento y de gestión correspondientes a las universidades nacionales de Jujuy y Formosa.

Para el 2025 están planificados 12 informes de auditorías que aplicaran a 18 universidades, algunas propuestas por la AGN y otras por la Comisión Parlamentaria Mixta Revisora de Cuentas. Se prevé que algunas auditorías concluyan durante este año y otras en 2026.

El Lic. Rigo explicó que dentro de las auditorías se incorporó como novedad lo que se conoce como “ejercicios transversales u horizontales”, que se apartan de la visión de control jurisdiccional, por universidad, y lo que se hace es poner el foco en temas de gestiones particulares y comunes a todas las áreas y universidades, de modo tal que se pueda hacer un análisis o un proceso en varias universidades al mismo tiempo, en temas como «compras y contrataciones» u «otorgamiento de becas».

Señaló que en el marco de la necesidad de priorizar las auditorías nacionales, este enfoque puede ser una estrategia para avanzar en auditorías en todo el sistema universitario nacional. “El abordaje del control externo de las 60 casas de estudios sería sólo factible con nuevos enfoques de auditorías transversales como ser los temas comunes”, afirmó.

Números del Sistema Universitario

Respecto a la actualidad del sistema universitario, detalló que durante la última década se observó un crecimiento sostenido de estudiantes de pre grado y grado, con un total de 1.932.611 estudiantes en el año 2023, un incremento del 30% respecto a 2016.

En este mismo periodo, 2016-2023, el Estado Nacional financió a las universidades con transferencias del tesoro nacional que representaron el 0,75% del PBI.

En términos de presupuestos, en el mismo periodo, la línea de partidas de transferencia a las universidades nacionales representó el 3,5% del total del gasto consolidado de la administración pública nacional.

Pero el cambio de orientación política en 2023, introdujo cambios en los guarismos, a la baja, y el financiamiento se redujo del 0,74 al 0,53 del PBI en 2024, medidos en términos reales, lo cual significa una contracción real del 26%.

Esta situación de reducción progresiva de los aportes nacionales sigue ocurriendo en el presente año, y el ajuste a la baja del sector continúa.

En promedio, el 85% del gasto universitario corresponde a salarios, para 221 mil personas entre docentes, no docentes y autoridades, y la planta estacional total, con escalafones, tuvo un crecimiento entre 2016 y 2023 del 12%.

Actividad relevante

El Lic. Rigo señaló que la relevancia de la actividad universitaria pública queda expuesta en la medición del Índice de Desarrollo Humano que da cuenta del impacto que la actividad universitaria, académica, científica y tecnológica tiene en el desarrollo nacional.

Este índice IDH considera tres dimensiones: salud, educación e ingresos, y Argentina se ubica en el puesto 47 de 193 países, y tiene un IDH de 0,86, que posiciona al país entre países con desarrollo humano muy alto, el segundo lugar en América Latina.

Pero en Argentina la educación y la salud son los componentes que más contribuyen a lograr un alto índice, y dentro de la categoría de educación, el país se destaca entre países por su alto nivel de acceso a la educación universitaria.

«De un lado tenemos los resultados que en términos de desarrollo humano produce la actividad universitaria pública en la Argentina de una manera objetiva, sin embargo la gestión pública de las universidades, según se revela en las auditorías, tiene aspectos que son importantes mejorar”, sostuvo en relación al rol de las auditorías en mejor la gestión de las universidades.

Así, mencionó dificultades en planificación anual y a largo plazo, debilidades en instancias de formulación, aprobación y programación del presupuesto anual.

También se observan dificultades en manejo de fondos rotatorios, en procesos de compras, contrataciones, utilización y registros de fondos propios, y en distintas instancias de rendición de cuentas como conciliaciones bancarias, transferencias, rendición de becas y el capítulo de los convenios que realizan con otras instituciones.

“De allí que consideramos que fortalecer la actividad de control externo y lograr por parte de las universidades una actividad abierta y colaborativa a los hallazgos y recomendaciones ayudará a fortalecer la gestión universitaria y contribuirá de manera clave a la consolidación de los índices de desarrollo», dijo.

Para concluir, el Lic. Rigo recordó que desde 2024, la AGN y el Consejo Interuniversitario Nacional están trabajando para desarrollar distintos ámbitos donde progresivamente entre el CIN y AGN se puedan ir compartiendo “la muy profusa, variada y confiable información presupuestaria, financiera y de gestión que producen las universidades nacionales”.